Los materiales «siguen arrumbados en terreno municipal como si fuera un vertido de escombros ilegal», sostiene la agrupación
Hace algo más de un año, una tormenta de granizo asoló la pedanía de Raspay. En aquel momento, tanto el Ayuntamiento como el propio municipio se volcaron para dar las mayores facilidades e implementar las ayudas necesarias para paliar los efectos de la catástrofe. Esta semana, IU-Verdes «tuvo constancia de que existe acumulación de vertidos tóxicos en terrenos del Ayuntamiento que desde aquella granizada siguen a la espera de ser recogidos. En concreto, se trata de varias toneladas de fibrocemento, conocido popularmente como uralita, y que contiene amianto, un componente de alta toxicidad», sostiene la agrupación.